He tardado mucho en escribir esta entrada, demasiado incluso, pero soy como soy, y prefería hacerlo cuando mi sangre estuviera más tranquila, cuando mi mente estuviera más fría y mi alma más calmada, lo peor de todo es que sé que después de este post volveré a sentirme tal y como terminé ese partido, ese partido que Dios nos tenía reservado, ese partido que queda marcado a fuego, junto a muchos otros, en mi maltrecha piel.
Nos disponíamos a jugar la penúltima jornada de la primera fase, llegamos, como sabéis, invictos, líderes en solitario y con pie y medio en la segunda ronda, y nos enfrentábamos a los penúltimos con 3 puntos, equipo menos goleador y el más goleado, todo a nuestro favor, pero Dios nos tenía preparada una pequeña sorpresa que hizo que en la última jornada nos lo juguemos todo, esta es la historia de cuando Dios dijo basta.
Como he comentado el marco del partido era el idóneo para una nueva victoria que nos aseguraba el pase matemático a la segunda fase y como primeros de grupo, antes del partido el ambiente era de confianza, casi euforia, caímos como inocentes adolescentes en una de las mayores y más comunes trampas que la vida y/o la competición tiene preparada para muchas personas o equipos, no es otra que la relajación.
Cierto es también que en el seno del equipo había algunos de nosotros que algo se olía, no podía ser que ganásemos tantos partidos de esa manera tan sucia, tan italiana, sin merecerlo y que saliésemos de rositas del envite. Javi, Xester y yo decíamos que Dios nos castigaría, mitad broma, mitad serio.
Calentando y viendo al rival comentarios del estilo "ganamos de sobra" "a estos mínimo 10" "será un paseo" etc, etc, etc. Hay que decir que sólo Monti, Juan y yo no estábamos del todo seguro, será por ser perros viejos, los "vellacos" del equipo.
0-6, set en blanco, pero en contra, me gustaría resumir el partido, pero algo en mi me dice que mejor que no lo haga, no me gusta perder, de sobra es conocido, pero la sensación de impotencia, la sensación de notar, que eres una auténtica mierda, que lo intentas con todos tus recursos, con todas tus ganas, con toda tu puta fuerza, dejándote la piel, el alma, los pulmones y ver como te siguen cayendo goles en contra, que tú dominas, que estás tirando a portería miles de veces, pero su portero es una auténtica máquina, ves que el equipo se desespera, sigues teniendo fe en la remontada, pero en vez de marcar tú, te marcan, y te vuelven a marcar.
Hacía mucho tiempo que no me sentía tan mal durante un partido, una mezcla de sensaciones que no se la deseo a nadie, impotencia por darlo todo y no tener resultado, dolor en el cuerpo, porque le estas exigiendo, al menos yo, mas del 100%, rabia por ir perdiendo, ira por ver que no te salen las cosas, por ver como algunos de tus compañero están como tu, rotos por dentro y por fuera, tristeza por ver a alguno de tus compañero, a tus amigos, con la cabeza agachada, culpándose por lo que está pasando, hablo sobretodo de Beni, nuestro portero, pocas veces me he sentido tan mal al ver a alguien culpándose de algo que para nada tiene el la culpa, pocas veces he deseado con tanta fuerza que focalicen en mi toda la responsabilidad de una derrota, en Beni no, él nos ha salvado en incontables ocasiones de goles cantados por culpa de nuestra poca organización sobre el campo, si llevamos todos los puntos que tenemos, en mucha parte, es por él, porque tenemos la seguridad que si yo la cago u otro del equipo la caga, Beni estará ahí detrás, y te dará ánimos, y te "safará" el culo porque lo más probable es que pare el balón. El portero del otro equipo era un puto crack, pero para mi Beni además de ser un puto crack como portero es otro puto crack como compañero de los que te da confianza de los que te ayuda en todo momento, me estoy acordando ahora de ese torneo de fútbol 7 en el que Beni paró aquel penalty en la ronda de penalties que nos llevó a la final, lo recuerdo como uno de los mejores momentos de mi vida, cierro los ojos y escucho esos gritos de autentica y jodida euforia, de correr como locos para abrazarlo, de tener la piel de gallina, de esa unión, de ese espíritu, joder, esos momentos hacen que la vida merezca la pena, al menos para mi,no se que sería sin el fútbol, no se que sería de mi sin la competición, quizás por eso vivo cómo lo vivo el deporte, quizás por eso me sentí realmente hundido al ver a Beni así, hundido al ver a Monti serio, sin esa alegría única que levanta el ánimo al mas depresivo del mundo, hundido al ver a Juan lamentándose de todo lo fallado, a Lei con la espalda hecha trizas, a Rai cabizbajo, a Roi con la chupa de cuero y pantacas cortos ¬¬, a Javi mordiéndose la lengua, haciéndose sangre por todo lo visto, todo lo sentido y preguntándose el por qué de muchas cosas, de demasiadas cosas que tanto ni él ni yo entendemos.
Algunos somos de una pasta distinta, no mejor ni peor, simplemente distinta, perdimos 6-0 contra los últimos, el 22 de abril jugamos el último partido de la fase contra Team Bardett, que que tienen dos puntos menos que nosotros, y para colmo con Los Verdes, Gerontología, a 3 puntos, si perdemos y Los Verdes ganan, igual no nos clasificamos, sólo de pensarlo mi ritmo cardiaco se acelera, mi vista se nubla y mi cuerpo tiembla.
Quiero que sea 22 de abril, quiero estar tenso por el partido, quiero estar más impaciente que ahora, quiero saltar a ese campo notando la sensación de aquellos gladiadores que iban a la arena sabiendo que o ganaban o morían, quiero sentir que cada jugada es la clave, sentir mi corazón latiendo como el bombo de una batería, notar el sudor, la falta de aire, el dolor de rodilla, de alma, de todo, y aún así sacar fuerza de donde no la hay, no importa las heridas, la piel en carne viva, exprimir todo lo que llevo dentro, luchar-correr-gritar, sacar de donde sea un plus de fuerza de energía para llegar a un balón, tapar a un contrario, sacar el puto orgullo que tenemos, tener esa sensación de cumplir, de mirar a tu alrededor y ver a tus compañeros con esa cara de rabia, infundiendo ese ánimo esa fuerza para ir a por el puto partido como un loco suicida con sed de sangre y los ojos rojos de pura y jodida ira, que no tiene nada que perder, que lo individual no importa, no importa lo jodidamente destrozado que estés, por ellos todo sacrificio será poco, apretando los dientes, los puños, temblando con la adrenalina a flor de piel, porque somos un puto equipo, y aunque algunos lo vivamos de una manera tan peculiar y tan jodidamente perturbada, sólo puedo decir que prefiero morir en el campo que vivir siendo un perdedor.
Quiero redimirme de esta derrota, no sé si ganaremos o perderemos, pero lo que tengo claro es que si en este partido me dejé la piel, contra Team Bardett, me la dejaré mil veces más, me encantan estos partidos, no lo puedo negar, la competición no deja de ser puta competición, y con ella es cuando yo me siento realmente vivo, aunque me rompa en mil pedazos, es mi manera de pensar y de ver las cosas, no sólo por mi, o por mis compañeros, es mi manera de ser, no te pido que la entiendas, ni que la compartas, sólo hazte una idea lo que puede significar defender unos colores aunque seamos un equipo desconocido, de amigos, de compañeros, es un sentimiento, es un respeto por con quien saltas al campo, si mi compañero cae, yo caigo con él, pero no dudes, no lo dudes ni por una milésima de segundo, que nos levantaremos, y nos levantaremos con más fuerza, gritando como auténticos poseídos, cegados por la rabia, una y otra vez, las veces que haga falta, por que algunos somos así, así lo demostramos, porque somos Tuercebotas, no destacaremos por nuestra calidad, pero jamás, y lo digo con todas las putas letras, jamás nos verás a muchos de nosotros dando el partido por perdido sea cual sea el resultado, el rival o la situación, moriremos matando dejándonos hasta el último aliento, por eso soy como soy, por eso lo vivo de esta manera, por eso me siento orgulloso del equipo que represento, por eso soy un privilegiado por poder compartir equipo y jugar con algunos con los que juego, por eso me exijo más de los límites que tengo. No me importa lo que puedas pensar, sólo sé que para mí esto es personal.
