Home Sweet Home

viernes, 3 de julio de 2009

Hogar dulce hogar, aquí me tienes ya.
Pocas veces he caminado por Pontevedra con ojos de niño pequeño, maravillado por cada centímetro cuadrado que veía, es mi pequeña ciudad, donde me crié, donde está mi familia, a veces, no sabes cuánto te importa un lugar hasta que llevas tiempo sin pisarlo.
La vida sigue igual aquí, la gente de un lado para otro, los niños en los parques jugando, preadolescentes ligando, malotes de turno, mendigos, pijos y demás parafernalia digna de cualquier ciudad.
De camino a casa con la maleta y la mochila a cuestas, me empapo todo lo que pueda de mi ciudad, ansío llegar a casa, abrazar a mis padres, entrar en mi habitación y tirarme encima de cama y durante unos minutos dejar la mente en blanco, disfrutar de este momento, me queda un verano un tanto dificil, pero es un verano al fin y al cabo, y no voy a negar que siempre me lo paso bien en verano.

Tengo ganas de hacer las visitas protocolarias pertinentes a mis hermanos, ver a mis sobrinos, seguro que a los cinco minutos ya me dolerá el cuerpo de correr detrás de ellos. Desde que ellos están he dejado al fin de ser el peque de la familia, aunque tambien es verdad que mis queridos hermanos se meten con mi condición en cuanto tienen ocasión, pero bueno, gafes del oficio.

¿Y ahora qué? no lo sé, la verdad. Por un lado tengo mil planes en mente, por otro me apetece dormir, hartarme de dormir hasta que me hinchen los ojos; tambien necesito ver el mar, pasear por la playa en contacto con la arena, sentir el viento cargado de salitre en mi piel, lo necesito...y tanto.

No negaré que Pontevedra me calma, y el mar me relaja, pero no sé, algo dentro de mi sigue dando guerra.

Despues de pensarlo durante un par de minutos, ya tenía la respuesta en mi mente y una gran sonrisa se dibujaba en mi rostro, de hecho creo que es de lo poco que se puede ver en estos momentos, ya que el pelo me cubre totalmente de nariz para arriba de la cara (ya escucho a mi padre diciéndome que me corte el pelo jaja!)

Al fin piso el suelo de mi ciudad, ya tocaba.
Cierto es, que estoy bucólicamente encantado, como no, pero dentro de mi, sigue esa cancioncilla sonando, no echaré de menos Santiago, para nada, creo que la odio con más ganas de lo que pienso, eso sí, si sigo allí no es por otra cosa que por la gente que he conocido y conozco allí.
Necesitaré un tiempo para adaptarme a una nueva rutina, tengo que cambiar el chip, ya no estoy allí, estoy aquí.
Me costará habituarme a no ver a Roi, Xester, Rai, Señor Sangre, a los Meles, Yago, Beni, MiniMarquez, Kiri, Mangana, Aleix, Ri, Juan, Berto, Monti, y un largo etc. No creo que me adapte a no disfrutar de su presencia y de todas nuestras situaciones/conversaciones surrealistas, a eso seguro que no, se echará de menos, demasiado creo yo, pero estoy en "Ponte" y aquí tambien tengo mi dosis de gente peculiar surrealista, Koke, Nacho, Javi... creo que si los juntase a todos en un mismo lugar, el apocalipsis o Sodoma&Gomorra, serían un juego de niños comparado con la que se podía armar.

Feliz Summer Time!

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